Hace un año que imparto clases de cerámica en una asociación cultural. Todos son principiantes, y para ellos, estas dos horas a la semana son un lujo, un espacio de tiempo para disfrute personal. Todo iba muy bien, hasta que una tarde un par de alumnos, que ya hacía algún tiempo que torneaban se quedaron encallados en el torno. Tanto uno como el otro no podían centrar correctamente la pella.
Consulté a varios amigos ceramistas, que dan clases desde hace muchos años, si observaban también esta dificultad en el centrado. La respuesta fue, algunos no tardan semanas ni meses sino años.
Una ceramista, con mucha experiencia, me comentó que a partir de 2kg se le hacía muy difícil centrar la pella.
Otra escuela de cerámica me comenta que ayudan constantemente a sus alumnos en el centrado, ya que si no lo hacen algunos no avanzan, se encallan y las horas pasan.
Me di cuenta que la dificultad radica en que colocar uno de los brazos en fase inmóvil es muy difícil. Tenía que inventar un brazo rígido de verdad si quería solucionar este problema habitual.
CENTRAFACIL. La solución definitiva a los problemas de centrado.
Albert Soler